¿Señales de resfriado?

por Kardia Lun Abr 18, 2011 4:28 am

Acontecimientos anteriores:

Había salido de una pequeña expedición que había hecho con un grupo de caballeros de platas, para suponer lo que sería ayudarlo llegar a salvo a la villa de Athena si ningún problema, pero en el transcurso del viaje estaba el cielo opacado por su grandes nubes negras, cargadas de aguas y de tono retador. Era obvio que no faltaría demasiado para llover, pero en mi caso no le estaba dando la suficiente importancia para que diera a llamar mi atención, era más solo estaba caminando junto aquellos caballeros y buscando por fin los primeros inicios de la carretera formada de ladrillos de la villa.

Cuando estábamos en medio del camino apenas habíamos tenido sache de descansar, era más al ver que podíamos relajar el paso… la lluvia empezó a caernos, cosa que me irritaba, ¿Pero porque, una simple lluvia me molestaría?, era simple no quería el estar elevando mi cosmos y desperdiciarlo para estar evaporando las gotas, adema que me humedecía el cuerpo a gran cantidad como era de suponer y causar molestias al caminar.

Ya estando en la entrada de la villa, me despedí con una mueca de mal humor hacia los muchachos de plata, para seguir caminando y no darle más importancia a su existencia por mi razones de creer que no había mas necesidad de cuidar de estos, ahora mejor dicho estaba en búsqueda de un poco de reposo para descansar mi pies y quizás abastecer mi estomago fatigado. Pase por un puesto de frutas y verduras, pidiendo y a la vez sacando una moneda de oro que fue a parar a el regazo del vendedor, cogiendo una manzana dulce que estaba en su mesa de mercancía, disfrutando y dirigirme hacia mi santuario.

Estado Actual:

Luego de la caminata fastidiosa y poco motivadora para mi, llegue luego de haber pasado por las casas de los que venía antes de mi su santuarios, no me parecía mal el dar acto de presencia a veces pero tampoco me gustaba desperdiciar mi minutos en la gente solo para ser cortes, pero no me quedaba más de otra que omitir esto y tomarlo como algo insignificante mientras caminaba, esperando llegar con este paso lento y seguro a mi santuario, si tener que lidiar con ninguno de mi compañeros, ni siquiera en una conversación ligera.

Cuando llegue a mi santuario lo que me espero fue lo siguiente: Silencio, Húmeda, Oscuridad y una gran molestia, no podía ser posible que solo mi santuario estuviera hace, es que parecía que el mismo Olimpo se había propuesto a joderme la vida hoy al caballero de escorpio, o se estará divirtiendo con mi situación actual. No sabía la razón o los porque, pero era fácil ver mi carácter temperamental que estaba a flote, es mas era fácil preservar que el primero que seme pasara por delante le iba de insultar solo por gusto a desahogarme, pero como era de saberse y mas por mi reputación de poco sociable, no era de habituarse caballeros o personas que pasaran por mi santuario.

Ahora me empezó a sentar en medio de mi santuario, poniendo en una posición de meditación y para relajar mi cosmos, que este apenas salía a flote por fin empezaba a secarme rápido y si vacilar, como si fuese algo que no se necesitara ni avisar, más bien automático y versátil. Pero ya cuando estaba normal y me empezaba a tomar más enserio mi meditación si querer involucrar humor con entrenamiento, un pequeño molestia en mi nariz me daba, hasta que me provoco un estornudo y lo hacía con fuerza, esto se repitió unas varias veces. Explote y me pare de golpe para estar caminando por mi santuario, malhumorado viendo que hacia ahora para quitarme todo este pavoso día.

por Kardia Dom Mayo 01, 2011 5:46 am

La caminata se alargo más de lo que parecía, además que mi toz aumentaba y la noche caía como algo mono todo y fría, pero estaba la luna y el ambiente se sentía pesado y molesto para mi pequeño inconveniente, dando lo que sería un enojo grande de mi parte que me causaba algo de rabia conmigo mismo, solo el saber que por no querer usar mi cosmos termine en estas circunstancian me tenia cabreado, ¿pero que podía de hacer?, tenía que lidiar ahora con una enfermedad y eso no era mi fuerte en esos puntos, además que ahora tenía que ir a ver que me preparaba para el resto de el día que parecía que colaboraba con dicha gripe, en hacerme cada vez mas y mas difícil el tener que ser santo de escorpión.

Cuando salía hacia afuera de mi santuario en la puerta, miraba a los alrededores y veía los paisajes y las escaleras hacia abajo que daba hacia las primeras casas de los demás santos de oro. Sabía que ahora era un caballero de escorpión fijo, tenía que mantener el puesto de este y saber que no precisa mente era solo el quedarme en este templo que para mí era sin valor, solo permanecía por Athena que hasta su ausencia y la falta de presencia que tenia a veces para nosotros era un poco obstinante de mi parte, el saber que tenía que proteger a algo pero si tener el suficiente entendimiento para saber aunque sea más sobre aquello que tenía que mantener. Mi rostro era mas de deserción y enojo, pero suspire y esto reflejaba mi pocas ganas de seguir con este discuto conmigo mismo.

Me senté en el suelo y areciste mi espalda y cabeza en la pared, viendo hacia adelante y fijando mis ojos hacia las estrellas y las constelaciones, causando un gran silencio y relajo sobre mí, para que mi sonrisa por fin saliera a flote pero muy leve, quedando calmado a la presencia de este bello paisaje.

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