Una leve emergencia

por Armstrong Miér Feb 23, 2011 7:09 pm

Asgard

A lomos de mi fiel rocín Invierno, galopaba con la armadura puesta y cara seria en dirección al santuario. Mi extraño viaje transcurrió sin resaltos, los golpes gélidos llevados por las nevadas patas de Invierno llegaban a su fin, amainando el paso, por su terrible cansancio y la próximidad al santuario.

Llegamos a la puerta y bajé de mi leal corcel. Me quité la armadura cuando los guardias (en caso de que haya) confirmaron mi identidad, como aliado, y me la colgué al hombro y llevé a mi montura a pie, cogido de las reindas, rodeando todo el pueblo para dirigirme al Santuario, a la casa del Patriarca.

Tenía prisa en mi viaje y no hablé con nadie, simplemente seguía hacia delante en mi camino, con la cabeza baja, sin mostrar mis brillantes y azules ojos que tapados estaban por mi caído cabello movido por una cálida brisa a la que no acabé de acostumbrarme, y por lo visto, Invierno tampoco.

Así pues, continué mi camino hacia la casa del Patriarca.

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