Llegando a un nuevo sitio para aburrirse

Isis la portadora de la armadura de Mephistofeles estaba más que aburrida en el sitio donde había ido a parar, y es que después de todo por matar a tus familiares, no es que te den el premio del cielo. Pues bien! En el caso de la chica de los cabellos negros el castigo por haberlo hecho era precisamente el tener que estar en ese lugar tan aburrido y desolado pagando con el silencio de su mundo, el silencio al que obligó a ir a los demás. Aunque era algo raro lo que sucedía, Isis se entrentenía mucho recordando las cosas que hizo cuando estaba presa de su esquizofrenia; había que admitir que era una diversión desagradable, pero siendo el caso de que ella no tenía muchos amigos con quien charlar, los fantasmas del pasado eran más que una buena opción.

Mientras caminaba hacia la puerta que daba la entrada al inframundo, pensaba en el barquero que seguro le sacaría dinero por transportarla a ese lugar que estaba del otro lado del río estigia. Río al cual se lanzaría sin pensarlo dos veces, sino fuera porque su deidad despertaría en cualquier momento y ella quería verle, aunque no quisiera admitirlo, porque después de todo alguien tan poderoso como él llamaba bastante la atención.

-Bueno ya casi creo que llego al río... COmo que mejor espero sentada en esta roca, y de paso pienso en la forma de cruzar sin la ayuda de ese barquero inútil.

Isis vagaba en sus pensamientos repitiendo la escena de la muerte de sus familiares una y otra vez. Su facinación enfermiza por recordar el pecado que la había mandado a ese lugar era en extremo anormal, vista de lejos la hermosa espectro lucía incluso más muerta que las mismas almas que se arrastraban en ese lugar día a día en una labor tan estéril como que ella intentara buscar entre sus filas alguien que amara a la diosa Athena. El viento una vez más corría con lentitud moviendo los cabellos de la joven mujer cuyos ojos lucían más muertos que incluso los del recipiente de su deidad en tiempos anteriores.

Un cosmos casi tan fuerte como el de ella entró violentamente al espacio que estaba ocupando, sin embargo la atención de Isis no se disipó hasta que terminó de recordar la última muerte que ella realizó. El hombre se presentaba como Fedor, y decía cosas sobre ser muy ilusa al pretender pasar sin hacer tratos con el barquero, luego tuvo el atrevimiento de preguntarle para qué quería ir a ese lugar lejos de su morada; Isis quien pensaba que no tenía por qué dar esa información a nadie decidió guardar silencio unos minutos y pensar en lo que iba a responder, después de todo ya había empezado a cambiar de opinión acerca de ir a ese lugar.

-La verdad es que quería ir a ver la tumba de mi primo y decirle que lo del cuchillo fue poco sutil, que para desfigurar su rostro debí haber usado mejor un combo que tenía más cerca... Pero ahora que lo dices creo que es mejor que tome la opción de lanzarme a ese río de almas a ver qué pasa... Sea como sea no creo que tenga que andarte contando todo lo que Mephistófeles me susurra en la cabeza todos los días.- Isis hizo una pausa y miró el frustado intento de escape de un alma que casi llegaba a la orilla, pero sus otros compañeros envidiosos la hicieron caer otra vez- De modo que estás aquí quiere decir que tú quieres cruzar también o eres el barquero. Una de las dos cosas puede ser.

La mujer espectral esuchó aquello que decía su interlocutor, al parecer le hacía algo de gracia lo que ella decía, sin embargo a ella no le parecía para nada divertido la actitud que el estaba tomando con ella; algo en el fondo le hacía pensar que el la creía traidora o que ella planeaba hacer algo que no estaba permitido, fuera como fuera se sintió agradecida de poder librarse de aquella molestia porque ahora sí podría al fin moverse.

-Bueno no tiene caso que espera al barquero... Ah sí... No me interesa si eres importante o no, créeme por mucho que seas importante no te conviene molestarme tanto... Mephistófeles fue amable con mi primo, no contigo..- Isis se puso de pie y esperó a que la figura de Fedor desapareciera, para luego sin más pérdida de tiempo elevar su cosmos y deshacerse de su armadura, tenía que parecer algo humana en la superficie, de modo que la armadura se guardó en la caja y al final salió en un rayo de luz disparada hacia el sitio donde ella residía en una de las prisiones o círculos infernales.

Una vez realizada esta labor Isis de Mephistófeles tomó una barca pequeña que había en la orilla y apenas pudo entró en ella cuando la hechó al mar de almas que en vano trataban de alcanzarla. Ella quería viajar por lo que no iba a permitir que nadie, absolutamente nadie se interpusiera en su camino, Mephistófeles era igual a ella, y siempre obtenía lo que quería.

-Veamos si hago al bueno en este lugar.