¡Decidido no mas contradicciones!
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¡Decidido no mas contradicciones!
Aunque mi viaje fue en transportes comprados con algunas monedas de los territorios de Athenas, ya estaba saliendo de aquello lugar, descartando todo valor que tuviera en el estragaron, pero solo recordar el valor fijo de las de oro que seria las que más me ayudaría en el transcurso de este viaje que duraría en su mar y par, pero en este me detuvo demasiado en las noches ya que me encargaba de ayudar a la alcabala que me escoltaba hasta un sitio remoto que era Egipto, para esto tenía que pasar sobre muchas cosas, además de cuidar de los granjeros y algunos paisanos que estaba también entre todos, pero siempre preocupados de que si les robara o no, esto me enojaba y me daba cuenta lo estúpido que a veces era aquellos que solo dependía de nosotros, sabía que era nuestro deber dar seguridad pero tampoco no dependencia, eso me hacía ver con desprecio a aquellos que me tomaba solo como un muro para su problemas.
Ahora parecía que no veía que el viaje daba prospero frutos, ya que apenas llegamos a los inicios de las tierras los ciudadanos me veía como entre ojos, era visto que ellos se cuidaba mas de los forastero y estaba como viviendo su propia vida a un riesgo mayor, parecía que como se escuchaba aunque Egipto estuviera en medio de la sequia y la maldición de la arena, vivía a su propia costa y se mantenía en pie aun por esto, en cambio en las tierras de athenas todo prosperaba sosteniéndose con la figura de Athena y los de los caballeros dorados como yo, me hacia la pregunta una y otra vez, ¿Qué sería de nosotros si no estuviéramos?, es que lograría mantenerse hace, pues hasta ahora solo daba lo contrario con lo mimado que estaba a mi parecer, esperando a que estuviéramos en un punto fijo para dejar este grupo de escolta, irme por mi cuenta por los territorios.
Cuando estaba solo decidí de encaminarme a una especie de pirámides antiguas, que estaba resaltado pero tenía una tormenta de arenas a su alrededor, era peligroso pero no vi mejor lugar para decidir que valdría si arriesgaba algo mi vida, si reaccionaba o no. Pero al acercarme era como si esta me diera paso, adentrándome en dicha pirámide la cual era un laberinto y figuras de cierto tipo de escorpión, esto me pareció demasiado irónico suponiendo que era el santo dorado de escorpión, pero lo más difícil de creer fue que al llegar a un camino cerrado donde estaba la figura de una especie de hombre mitad escorpión, al tocarla y si darme cuenta mi cosmos se elevaba solo, volviéndose dicha pare arena y librándose un camino, el cual la curiosidad me mato y entre en busca de pista, pero solo veía un trono el cual estaba una especie de armadura, esta parecía intocable de muchos aspecto, pero muy intrigante y a la vez llamativa para mi, acercándome paso por paso… hasta llegar a esta y tocarla.
Una voz repentina entro a mí y entre en un colazo mental, como si estuviera dormido parado y en mi sueño estuviera pasando los sucesos, encontrándome con dicha figura que había visto antes pero ahora más viva y real, esta me decía que por más que viera a los humanos y les cuidara, no serviría de nada si no daba la libertad como a todo hijo, había que ser crueles a veces o esperar que se lastimara por su cuenta, esto me parecía raro, intente salir con mi cosmos, pero aquel poder que venía de esta armadura estaba consumiéndome y nublando mas y mas mi mente, a un grande donde solo quedaba yo cayendo en un mar de arena el cual me trabaja y me llenaba la cabeza de ideas, hasta que vi una figura ofreciéndome como la salvación a cambio de mi cuerpo, no supe que hacer, pero era seguro no quería terminar hace, menos sabiendo que todo fue por algo ridículos de los asuntos de los caballeros, agarrando dicha mano y viendo a ese ser… el cual por alguna razón me sobre entendí con él, al finalizar este sueño ya no era yo, era él con mi recuerdos y todo sobre mi, como una fusión de los dos el cual… mi armadura desaparición al instante y la de dicha que había tocado… se unía conmigo.
Ahora parecía que no veía que el viaje daba prospero frutos, ya que apenas llegamos a los inicios de las tierras los ciudadanos me veía como entre ojos, era visto que ellos se cuidaba mas de los forastero y estaba como viviendo su propia vida a un riesgo mayor, parecía que como se escuchaba aunque Egipto estuviera en medio de la sequia y la maldición de la arena, vivía a su propia costa y se mantenía en pie aun por esto, en cambio en las tierras de athenas todo prosperaba sosteniéndose con la figura de Athena y los de los caballeros dorados como yo, me hacia la pregunta una y otra vez, ¿Qué sería de nosotros si no estuviéramos?, es que lograría mantenerse hace, pues hasta ahora solo daba lo contrario con lo mimado que estaba a mi parecer, esperando a que estuviéramos en un punto fijo para dejar este grupo de escolta, irme por mi cuenta por los territorios.
Cuando estaba solo decidí de encaminarme a una especie de pirámides antiguas, que estaba resaltado pero tenía una tormenta de arenas a su alrededor, era peligroso pero no vi mejor lugar para decidir que valdría si arriesgaba algo mi vida, si reaccionaba o no. Pero al acercarme era como si esta me diera paso, adentrándome en dicha pirámide la cual era un laberinto y figuras de cierto tipo de escorpión, esto me pareció demasiado irónico suponiendo que era el santo dorado de escorpión, pero lo más difícil de creer fue que al llegar a un camino cerrado donde estaba la figura de una especie de hombre mitad escorpión, al tocarla y si darme cuenta mi cosmos se elevaba solo, volviéndose dicha pare arena y librándose un camino, el cual la curiosidad me mato y entre en busca de pista, pero solo veía un trono el cual estaba una especie de armadura, esta parecía intocable de muchos aspecto, pero muy intrigante y a la vez llamativa para mi, acercándome paso por paso… hasta llegar a esta y tocarla.
Una voz repentina entro a mí y entre en un colazo mental, como si estuviera dormido parado y en mi sueño estuviera pasando los sucesos, encontrándome con dicha figura que había visto antes pero ahora más viva y real, esta me decía que por más que viera a los humanos y les cuidara, no serviría de nada si no daba la libertad como a todo hijo, había que ser crueles a veces o esperar que se lastimara por su cuenta, esto me parecía raro, intente salir con mi cosmos, pero aquel poder que venía de esta armadura estaba consumiéndome y nublando mas y mas mi mente, a un grande donde solo quedaba yo cayendo en un mar de arena el cual me trabaja y me llenaba la cabeza de ideas, hasta que vi una figura ofreciéndome como la salvación a cambio de mi cuerpo, no supe que hacer, pero era seguro no quería terminar hace, menos sabiendo que todo fue por algo ridículos de los asuntos de los caballeros, agarrando dicha mano y viendo a ese ser… el cual por alguna razón me sobre entendí con él, al finalizar este sueño ya no era yo, era él con mi recuerdos y todo sobre mi, como una fusión de los dos el cual… mi armadura desaparición al instante y la de dicha que había tocado… se unía conmigo.
Kardia- Dios
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