la llegada del demonio
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la llegada del demonio
Sebastian hace poco había sido rescatado por un barco fantasma a las ordenes de su nuevo dios Hades, claro el no estaba allí según le habían dicho algunos espectros ya que este aun no había despertado como el poderoso dios que era, no obstante lo enviaron nuevamente en al barca a la cual había llegado al barco con su armadura. Con el propósito de buscar un recipiente perfecto para la deidad, realmente no sabia sobre ese tipo de cosas pero resultaba molesto el estar pensando en ello y sin portar la armadura aun sino que esta se encontraba frente a el en la balsa comenzó a pensar acostado extendiendo sus delgadas y blancas manos hacia el cielo del atardecer.
~¿Como se encuentra lady Elise en estos momentos? ¿Preocupada por mi? ¿Indiferente? o ¿Estaría muerta a causa de no estar junto a ella protegiéndola?. Sucias y mundanas personas que la rodeaban, siempre queriendo quitarle sus riquezas, no era man que carroñeros tomando lo que a su ama le sobraba.~ Apretó su puño fuertemente para darse cuenta que había embocado en el inicio de un rió bastante ancho y extenso al cual no le veía final, mas en cuando noto que el alrededor cambiaba convirtiéndose en desértico, el calor que debería azotarlo ferozmente bajaba por alguna extraña razón, puesto aun no era de noche, mientras un oscuro y poderoso cosmos se hacia presente. Podía sentir como su cuerpo resonaban con aquel cosmos y al voltear a su armadura aquella también palpitaba con ferocidad mientras el cosmos negro brotaba de ella.
Listo y decidido a ir por aquella alzo su cosmos contra la sapuri y esta enseguida se desarmo y armo en el cuerpo de él hombre, en ese entonces salto de la barca a la orilla del rió de tal forma que no parecía normal en un ser humano, pero ciertamente ya no lo era y dispuesto a ir hacia las pirámides comenzó a correr con gran velocidad y ferocidad ignorando el fuerte viento levantando la arena y golpeando su cuerpo lastiman dolo. No obstante al acercar lo suficiente a la pirámide unos guardias se acercaron a este por motivos de seguridad, el hombre no podía acercarse pero estaba dispuesto a ir mas haya y divertirse un poco. ~Lindos sacos de tinta carmesí, hagan su trabajo y pinten este hermoso lugar con mi color favorito.~ Nuevamente su lado oscuro salia con el vestir de su armadura siendo así que asesinaba a los hombres llenando de cosmos su armadura y atacándolos con las agujas de esta al fin de pintar la arena y un pequeño pedazo de la pirámide de aquel color, hasta finalmente dejarlos allí tirado. Sin mas interrupciones continuo caminando hacia el interior de la pirámide.
~¿Como se encuentra lady Elise en estos momentos? ¿Preocupada por mi? ¿Indiferente? o ¿Estaría muerta a causa de no estar junto a ella protegiéndola?. Sucias y mundanas personas que la rodeaban, siempre queriendo quitarle sus riquezas, no era man que carroñeros tomando lo que a su ama le sobraba.~ Apretó su puño fuertemente para darse cuenta que había embocado en el inicio de un rió bastante ancho y extenso al cual no le veía final, mas en cuando noto que el alrededor cambiaba convirtiéndose en desértico, el calor que debería azotarlo ferozmente bajaba por alguna extraña razón, puesto aun no era de noche, mientras un oscuro y poderoso cosmos se hacia presente. Podía sentir como su cuerpo resonaban con aquel cosmos y al voltear a su armadura aquella también palpitaba con ferocidad mientras el cosmos negro brotaba de ella.
Listo y decidido a ir por aquella alzo su cosmos contra la sapuri y esta enseguida se desarmo y armo en el cuerpo de él hombre, en ese entonces salto de la barca a la orilla del rió de tal forma que no parecía normal en un ser humano, pero ciertamente ya no lo era y dispuesto a ir hacia las pirámides comenzó a correr con gran velocidad y ferocidad ignorando el fuerte viento levantando la arena y golpeando su cuerpo lastiman dolo. No obstante al acercar lo suficiente a la pirámide unos guardias se acercaron a este por motivos de seguridad, el hombre no podía acercarse pero estaba dispuesto a ir mas haya y divertirse un poco. ~Lindos sacos de tinta carmesí, hagan su trabajo y pinten este hermoso lugar con mi color favorito.~ Nuevamente su lado oscuro salia con el vestir de su armadura siendo así que asesinaba a los hombres llenando de cosmos su armadura y atacándolos con las agujas de esta al fin de pintar la arena y un pequeño pedazo de la pirámide de aquel color, hasta finalmente dejarlos allí tirado. Sin mas interrupciones continuo caminando hacia el interior de la pirámide.
Sebastian- Espectros
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