El renacimiento de Hades...[Privado]

por **Shion** Jue Feb 03, 2011 3:08 am

Las estrellas iluminaban el firmamento de la bella y aterradora noche, cada una con su propio y magnifico resplandor. La belleza que irradiaban era algo incomparable para un desfallecido joven que flotaba en las oleadas aunque tranquilas aguas del mar, mientras cercana a él había una pálida playa, que como un mármol irradiante de luz era lo único que podía igualarse en magnificencia a las luminosas estrellas del cielo y a la hermosa luna, tan blanca y hermosa como puede ser la vida, y a la vez tan fría como puede ser la misma en ocasiones.

El hombre joven y agraciado flotaba tranquila y espectralmente sobre las oscuras aguas del Océano sin hacer ningún movimiento, solo observando hacía el firmamento. Este se encontraba lleno de heridas y lesiones por todo su cuerpo, lo que posiblemente era lo que le impedía salvar su vida... Aunque, a pesar de que este estuviera en perfecto estado, en ese momento se encontraría en la misma situación.

El joven ya desde hace mucho antes sentía como la muerte ya había reclamado su alma, tan solo su cuerpo lograba moverse durante cada uno de los días que había pasado escapando, escapando de su destino y de culpas que recaían en el sin prueba alguna, solo su existencia era destinada a la deshonra y al terror del miedo y el sufrimiento, nada mas preparaba el destino para él...

Los pesares de ese joven habían dejado marcas irreparables en él, heridas que jamas podrían ser olvidadas por él, no solo físicas si no mentales, ya nada en este mundo valía para el joven. La muerte era todo lo que deseaba aquel joven, ya que sus pesaras no dejarían de atormentarlo mientras aun su cuerpo pisara este mundo. Su consciencia suplicaba volver al lado de su alma, la cual ahora se veía muy lejana de recobrar para aquel joven en este mundo absurdo y sin sentido en el que se encontraba. Las malditas aguas del río Aquaronte, el primer lugar que vería seguramente después de su muerte exigían que el joven terminara su agonía para sumergirse en ellas por el resto de la eternidad, junto a las almas de los otros desdichados como él que habían pisado este mundo...

Desde el cielo un cúmulo de nubes empezaron a reunirse de la nada, pronosticando que una intensa tormenta se cerniría sobre todo y todos que estuviera en los alrededores. La lluvia no tardo en llegar, gota a gota encima de las que hasta ahora se encontraban tranquilas aguas del Océano. Una a una caían, encima de la superficie marítima y del joven muchacho, bañando a este en la frialdad del olvido.

Las olas fueron el siguiente paso del destino para la ejecución del joven que alguna vez, en un momento que ahora no recordaba, fuera llamado Raphael. Las olas remolcaban el cuerpo inerte pero aun consciente del joven hombre hasta la playa violentamente, rompiendo aun mas sus ahora frágiles articulaciones y generando mas heridas en él, heridas irreparables para un ser humano normal.

La fría muerte alcanzaba con sus brazos el despojado hombre al fin. Las olas arremetían furiosamente al joven que perdía la consciencia y empezaba a entrar en un mundo de oscuridad, la oscuridad mas temida por el hombre pero que el esperaba con grandes ansias su llegada, la muerte. Raphael escuchaba claramente los que serían sus últimos latidos, por primera vez en mucho tiempo se encontraba feliz, feliz por que su agonía al fin terminaría y podría lograr reencontrarse consigo mismo en el otro mundo, aunque tuviera que pagar sus pecados cometidos en este mundo como todo mortal, y que serían juzgados en la entrada del infierno por los tres Jueces que declararían su sentencia, si es que este lograba pasar por las aguas del Aquaronte antes.

Sería el fin o el comienzo lo que le llegaría a ese joven esa noche que después de demostrarle su esplendor y magnificencia se había convertido en su posible tumba.

por Eli Jue Feb 03, 2011 4:19 am

Pandora la cual iba de camino hacia el inframundo después de pasar aquel bochorno del error que habia cometido anteriormente con aquel joven ikuto que desapareció de un momento a otro, resulto que no era Hades a la persona que buscaba por un buen tiempo, estaba bastante disgustada por haber fallado su misión sin mas y menos buscaba con que pagar la ira que sentía en aquel momento de un momento a otro sintió un cosmos familiar como si la tuviera llamando con urgencia por ese momento cruzo por su mente que quizás este sea el verdadero llamado de la reencarnación de Hades, ella mostro una sonrisa algo fría y se fue inmediatamente donde se encontraba aquella energía que la llamaba con mas y mas intensidad.

La joven llega a una playa, se preguntaba por que estaba en ese lugar y en ese momento aparece una persona que naufragaba por el mar se estaba preguntado que estaba pasando no tenia ni idea estaba algo confundida, esa persona se ve que llega a la orilla al parecer era un hombre caucásico ella se acerca lentamente hacia el se agacha a un lado de el sosteniéndolo entre sus brazos sintiendo un lazo hacia el pensando que finalmente habia dado con su objetivo, lo recuesta sobre su regazo ese hombre se veía realmente lastimado por el golpes de las olas, se puede escuchar el relajante sonido que producía mientras que Pandora aun lo sostenía entre sus brazos aunque el joven parecía estar inconsciente , de alguna forma ella estaba tratando de despertarlo pero no reaccionaba de ninguna forma.

Aun permanecía sin mostrar algún signo de movimiento estaba tan inmóvil se podía notar que ese joven estaba dejando a su suerte su vida se estaba corrompiendo un poco con las oscuridad se pudo escuchar la sonrisa fría de la joven llena algo de felicidad por haber encontrado al Amo del Inframundo se acerca a el y coloca su frente junto a la de el mirándolo hacia su rostro mientras acariciaba su mejilla.

-Por fin te he encontrado Señor…-

Pandora solo esperaba que ese joven hiciera aunque sea una reacción, por ningún momento iba a permitir que muriera tan fácilmente después de todo el trabajo que le costo encontrar a Hades-sama incluso la vergüenza ante las presencia de sus súbditos era algo muy penoso para ella y un golpe a su honor como pandora.

Esa noche mostraba ser perfecta para el despertar de hades las estrellas iluminaban como nunca mientras que la luna llena se reflejaba en el mar junto el sonido del oleaje era algo magnifico de admirar, aunque no habia cosa mas hermosa como lo es oscuridad y al renacer de Hades eso era lo que se podía esperar en el mundo.

por **Shion** Lun Feb 07, 2011 2:14 am

El final parecía haber llegado. Raphael se encontraba inmóvil y frío, recostado de las piernas de aquella hermosa y desconocida mujer que lo había encontrado, que intentaba lograr que el joven reaccionara utilizando todos los métodos que a ella se le ocurrieron. Aun, muy en el fondo de su ser, el joven hombre aun conservaba algo de vida en su cuerpo y los latidos de su corazón aun sin poder sentirse a simple tacto, aun existían en su interior. La vida aun no había abandonado a Raphael.

Una voz le llamaba, no era la de la mujer que ahora estaba cuidando de él, ni ninguna otra voz que el joven hubiera escuchado con anterioridad. Esta voz era solemne y radiante tanto de luz como de oscuridad, era como una especie de divinidad, como si un dios estuviera hablándole a Raphael como si fuera su propia consciencia, y de alguna forma así lo era.

Las sombras y el temor en su mente empezaron a dispersarse y poco a poco, una especie de luz ilumino todo en la mente del joven, que aun seguía inconsciente pero podía sentir a la mujer a su lado y a un gran poder que se encontraba en su interior, algo que jamas había sentido el desdichado joven en toda su vida, ya que desde su nacimiento él jamas pensó y sintió algo relacionado al tema del poder, a pesar de que su antigua familia era conocida por tener una gran influencia en su país de origen.

Junto a ese sentimiento, miles de imágenes cruzaron la mente de Raphael, imágenes de lugares tétricos, donde las almas de los difuntos sufrían interminablemente de diferentes y crueles formas. Cada de una de estas visiones marco de manera permanente al joven, que no pudo soportar ver tal atrocidad y recupero velozmente la consciencia, agitado por aquellas perturbadoras visiones, y pensando que tal vez lo que el había podido apreciar fuera en realidad su propio destino.

Raphael no pudo evitar soltar un grito de temor a apenas despertar, aun antes de abrir los ojos que aun mantenía cerrados por miedo a que si los abría pudiera verse en uno de aquellos terribles sitios que, el pensaba con temor y acertaba al hacerlo, eran las prisiones del Inframundo, el lugar donde todas las almas humanas suelen llegar cuando mueren.

por Eli Lun Feb 07, 2011 7:50 pm

La joven Pandora se encontraba junto aquel hombre, el hombre que estaba a un paso de convertirse el Amo del inframundo ella se encontraba tan radiante y tan feliz, una sonrisa proveniente de ella podía mostrar tal dicha de haberlo encontrado por fin y cumplir con su cometido después de un largo tiempo de búsqueda, ella lo sostenía entre sus brazos sintiendo como ese cuerpo se encontraba tan indefenso tan frio al menos se podía sentir de ese joven los latidos de su corazón lo sintió al pasar su mano por su pecho eso hizo que se relajara y mantener la calma.

Le preocupaba que el joven estuviera tan frio y aun no se veía en el que reaccionara de alguna forma, cualquier método que ella usara no funcionaba en el no tenia movimiento alguno, estaba tan inmóvil ella no sabia que hacer para no perderlo en ese momento, solo pudo ser algo simple abrazarlo con fuerza para que por lo menos se calentara su débil cuerpo que estaba tan maltratado por los golpes de aquel oleaje salvaje, la luna tan radiante y blanca un tono tan puro como la nieve iluminaban a aquellos dos jóvenes que se encontraban en medio de esa playa tenia algo de miedo de moverlo bruscamente y provocarle un daño innecesario, solo se mantuvo quieta hasta que el joven reaccionara por si solo.

Ya habia pasado cierto tiempo y Pandora no lo dejo solo ni un instante solo, lo observaba ya no sabia que hacer para que por lo menos despertarlo, quizás despertarlo bruscamente puede hacerle algún daño a el, aunque para ella podría ser una ventaja y se le haría mas fácil que su alma se corrompiera por si sola que la oscuridad actuara simplemente por si sola y terminara lo que acababa de empezar el Despertar del Señor Hades.

Un tétrico grito provino de aquel hombre el miedo ya lo estaba corrompiendo acompañado de la oscuridad, ella lo vuelve a abrazar para que se calme un poco.

-Tranquilo mi Señor no estas solo yo estoy aquí para ti y para cumplir todos tus deseos, solo confié en mí-

Mientras lo abrazaba se podía ver una mirada fría en aquella mujer acompañado de una sonrisa, finalmente estaba apunto de empezar el renacer de nada mas y nada menos del Señor del inframundo solo quedaba de ella colocar de su parte para que ese hombre se terminara de corroer por la oscuridad y por el mal que habitaba en su interior, el miedo de ese joven era tanto así que no podía abrir sus ojos por su cuenta ella se le queda mirando a los ojos esperando que pudiera abrirlos.

-vamos abra los ojos yo estoy aquí y lo cuidare por toda la vida…-

por **Shion** Miér Feb 09, 2011 3:27 am

La melodiosa voz de aquella mujer hizo eco en el oscuro fondo donde la mente de Raphael se encontraba en aquellos momentos. Poco a Poco, el joven de cabello largo y negro fue abriendo los ojos, contemplando la hermosa mujer que mantenía sus brazos alrededor de él. La hermosa mujer miraba radiante a Raphael, dirigiéndose a él como *señor*, como si este fuera alguien importante para ella, y esta a su vez también aparentaba en su mirada un cierto sentimiento hacía aquel joven. Aunque estaba confundido, Raphael por algún motivo que el mismo desconocía, no podía ni quería alejarse de la joven que lo acunaba entre sus brazos.

En el largo tiempo en el que he estado vagando por el mundo he visto muchos lugares hermosos y paisajes que tal vez ningún mortal aparte de mi hubiera logrado ver, pero lo que ahora mis ojos tienen en frente es algo que supera todo aquello. Ahora que al fin puedo ver lo que todos llaman *el verdadero significado de la belleza* quisiera preguntarle su nombre, ya que en mi memoria su imagen permanecerá hasta el final de los tiempos y aun después de que mi cuerpo y mi alma se consuman en las tinieblas del olvido, pero si pudiera darme el honor de decirme su nombre me haría el hombre mas feliz que alguna vez halla pisado la tierra, joven doncella...

El joven hombre observaba a su salvadora con un peculiar brillo en sus ojos, iluminado y sintiendo la vida nuevamente ante tal belleza personificada en el rostro de aquella joven doncella. La luz de la luna iluminada la escena entre aquellos dos jovenes, llenándola de magnificencia y a la vez de una irradiante belleza aun mas grande que cualquiera antes vista por el hombre, que posiblemente jamas volviera a repetirse hasta pasados cien o doscientos años.

Las manos del joven pasaban tímidamente por el rostro de la joven que había logrado de alguna manera salvarlo, y aunque todo el escenario y lo que había pasado fuera algo que en circunstancias normales no hubiera pasado era algo que no le importaba a Raphael, ni si quiera sentía ya las heridas en su cuerpo a pesar de lo graves que eran, toda su atención y tiempo era únicamente para aquella hermosa princesa, tan sombría como hermosa y tan delicada como tan mortal...

por Eli Jue Feb 10, 2011 2:00 am

Pandora la cual aun acompañaba aquel hombre ella estaba esperando que reaccionara y que escuchara sus palabras y que se dejara llevar por las palabras que habia dicho así seria más fácil para ella poder convérselo para que finalmente renaciera Hades-sama, estaba tratando de ganar su confianza a toda costa, el sabia que Pandora era una completa desconocida para el, pero ella permaneció al lado de el sin dejaron solo ni un instante escucha la voz del joven se podía escuchar que hacia un poco de esfuerzo aunque no se notaba signo de dolor provenientes de el, ese joven le hizo como una dedicatoria no sabia de que forma responderle después de todo ella solo estaba ahí para cumplir su misión como Pandora y remediar el error que habia pasado anteriormente sin pensarlo le contesta al joven.

-gracias por el alago… si tanto deseas saber mi nombre es Pandora… -

Esa persona se veía tan pura no desconfió ni un segundo en aquella mujer que apareció de un momento a otro sin dar explicaciones y salvarlo como si nada, en ningún momento pensó mal de ella solo se quedo viéndola con unos ojos que mostraban “esperanza” no le tomo importancia en la circunstancias se encontraba en ese sitio Pandora.

La noche se veía bastante maravillosa, con un clima estupendo perfecto para que Hades-sama regresara y renaciera, hacia un frio increíble el joven se veía muy lastimado luego de eso la joven se iba a llevar a Hades para tenerlo bajo cuidados por las heridas que tenia por todo su cuerpo, el oleaje se puso cada vez más salvaje, la marea empieza a subir poco a poco llegando hacia los pies de aquellos dos jóvenes que estaban juntos mientras que pandora lo sostenía entre sus brazos no quería moverlo por pensar que le causaría algún daño en su frágil cuerpo, en tan estado en que se encontraba no podía hacer nada de momento solo esperar….

Ella pensó que ya era la hora de actual, ya que el joven habia reaccionado de ese sueño profundo en el que se encontraba ella fue agarrando poco a poco confianza del joven y se acerca poco a poco a el acariciándole el cabello y el rostro cuando se acerca se detiene por un momento y se le queda mirándole a los ojos con una mirada algo seria pero a la vez penetrante, no pensó que aquel hombre se iba a resistir a lo que iba a pasar, la luna comenzó a cubrirse con unas nubes con una tonada gris algo que no se podía pensar que iba a ocurrir en aquella noche tan hermosa que habia se veía tan iluminada, de un momento a otro cambia la atmosfera de aquella playa, sintiendo que lo que estaba apunto de pasar era el nacimiento del Señor del inframundo, de esa magnifica noche solo quedaba el tétrico nacer del hombre en el cual dominaría el mundo, el pacto iba a terminar cuando la joven Pandora lograra rozar los labios del joven, es decir, a Hades-sama.

por **Shion** Mar Feb 15, 2011 12:54 am

La luna radiante de blanca belleza ilumino por un momento completamente a Pandora y Raphael, y por un momento fue como si el tiempo se detuviera, como si solo ellos dos existieran el uno para el otro, como si sus almas se abrazaran entre ellas y bailaran al son de los latidos del corazón de sus dueños, en ese momento la vida del joven empezaba a volver y ya todas y cada uno de sus pesares iban desapareciendo poco a poco de su mente, quedando solo la imagen de aquella hermosa mujer que aparentemente venía a salvarlo, a convertirse en su verdadera salvación de aquel mundo de caos y odio, aquella mujer que llevaba el nombre de la primera mujer de la mitología griega, entregada a Hades para que fuera su amante. Aquella mujer empezaba a convertirse en la luz de aquel joven, aquella luz de salvación que tanto había deseado.

Ella acerba sus labios cada vez mas a los de Raphael, pasando su delicada mano por la cabeza de este, acariciando su rostro para que no se descontrolara por los nervios que podía producir aquel acto tan repentino, aunque Raphael no deseaba evitarlo... Al contrario, algo en su interior le decía que le permitiera hacer eso, que confiera en ella y que la cuidara de todo mal que alguien pudiera ocasionarle. El momento había llegado. Con su mano algo lastimada y sangrante de un dedo, Raphael toco la mejilla de Pandora y acaricio su rostro gentilmente, para darle a entender que no le importaba que hiciera aquello, que la deseaba y que quería sentir esa acción.

Los labios de Pandora tocaron al fin a los de Raphael, y de ellos se formo un gentil y hermoso beso, y exactamente fue su primer beso y ella, aquella imponente y elegante dama de hermosura descomunal, fue y será su primer amor aun a pesar del poco tiempo en que se la había entrando y aun a pesar de no conocer nada de ella, él sabía que la amaba y que no deseaba separarse ella ni perderle, deseaba que estuviera con él... Para siempre, hasta el final de sus días y mucho mas.

Aquel beso despertó algo en el interior de Raphael, algo mas aparte de ese gran amor hacía Pandora, algo tan oscuro a la vez que puro... Y ese algo empezaba a tomar su cuerpo poco a poco. Raphael sentía como su cuerpo era llenado por una gran fuerza y poder, sentía como si él pudiera hacer lo que deseaba, como si el sufrimiento que había pasado no fuera mas que un simple recuerdo del pasado, como si nada en el mundo pudiera lastimarlo nuevamente.

Mientras tanto en su mente, miles de imágenes y recuerdos se acumulaban y fundían con los suyos, no solo recuerdos del pasado si no algunos de la misma Pandora, recuerdos sobre su infancia y sobre algunos problemas que tuvo en el presente antes de ir por el joven naufrago. Uno en particular tuvo un efecto negativo en él, sembrando una semilla de odio y desprecio hacía una persona en cuestión, aunque la palabra adecuada para describirlo sería *una divinidad*.

El odio causado por ese recuerdo logro dominar por un momento a Raphael, y de su cuerpo comenzó a emanar una gran y poderosa aura de energía color carmesí, que no dejo de expandirse por los alrededores donde ambos jóvenes se encontraban. La luna que brillaba con un intenso color blanco ahora brillaba de un flamante color carmesí como el que rodeaba el cuerpo del joven hombre. La presencia de Raphael ahora podía ser sentida en cada uno de los rincones del universo, todos y cada uno de las divinidades de este sabrían que Hades, Rey de los muertos y señor del Inframundo había renacido en este mundo.

Raphael miraba directamente a los ojos de Pandora desde su regazo, ya no como un simple mortal si no como un dios de los mas grandes que habían. Su imponente presencia se hacía clara y predominante en todo cuanto estuviera a su alrededor, ni si quiera un dios o una divinidad podía interrumpir ese momento entre ambos. Con suavidad, el dios tomo el rostro de Pandora para acercarla poco a poco a su propio rostro y repetir aquella anterior acción, besándola suavemente pero con una pizca de pasión en él.

Pandora... Mucho tiempo sin verte, mi querida princesa del Inframundo.-Dijo la divinidad a Pandora después de terminar aquel segundo beso entre ambos, mientras miraba los ojos de la dama Inframundana y acariciaba su rostro suavemente, pasando uno de sus dedos por sus labios y por su mentón.-He visto lo que ha ocurrido y he sentido tu humillación por aquel error. No te mortifiques por eso, ángel mio, realmente ese sujeto tenía una presencia similar a la mía, se podría decir que es algo parecido a mi aunque... Esta ofensa no se quedará así, recuperare tu dignidad y... Le enseñare lo terrible de la muerte a aquel despreciable Titán, Japeto de las Dimensiones... Juro que seré yo quien te vuelva a encerrar en el Tártaro.-Los ojos puros de la joven deidad mostraban cierto odio mientras hablaba de aquel irrespetuoso y maldito Titán que había tocado a su dama y aquel que caería a sus pies como un perro y que sufriría el peor de los castigos de nuevo por atreverse a burlarse de la mujer que amaba.

Hades había renacido nuevamente al fin en el mundo, con la única intención de proteger a su Pandora y asesinar a quien osara hacerle algo o se burlara de ella o de él, El olímpico no tendría piedad con ninguno de sus enemigos, no le importaba si fuera un Titán, un Olímpico u otro tipo de divinidad, Pandora era intocable para otra persona que no fuera él... Aun si le costaba su nueva vida no permitiría que Pandora sufriera por nadie. La guerra al fin había empezado.

por Eli Miér Feb 16, 2011 11:36 pm

El cielo estaba envuelto de oscuridad la luna poco a poco fue tiñéndose de ese color tan intenso como la sangre y en vista de eso era el Renacer del señor Hades, Pandora tan siquiera rosar sus labios del joven se iba a cumplir su objetivo el Joven que se encontraba recostado en su regazo y entre sus brazos no mostro ningún rechazo hacia esa Dama que también era la representante de la oscuridad y la responsable de que cayeran todos los males en la tierra, aun viendo a ese frágil cuerpo cubiertos de heridas se aprovecho de ese joven que estaba en un estado vulnerable y podía confiar en ella y podía denominarla como su salvadora después de hacer tal acto de protegerlo en aquella noche tan oscura y fría, poco a poco se pudo sentir el Cosmo proveniente de aquel joven.

Ese cosmos que emergía de el tenia un color rojo muy reluciente Pandora mostro una pequeña sonrisa y pensó que finalmente se habia cumplido el objetivo que tanto habia buscado, una misión que ella tenia que seguir de por vida y seguir al lado del señor Hades hasta el final de los días, para entonces regresar y convertir a la tierra desolada en la oscuridad, solo de el quedaba un espíritu oscuro algo que le llamo bastante la atención a Pandora cuando vio que finalmente habia renacido se dio cuenta que el señor Hades habia respondido su beso con otro, tal acto le sorprendió se quedo sin palabras delante de el

Ella cubrió con una de sus manos sus labios por que aun no podía creer lo que habia hecho Hades-sama ve como le acaricia la mejilla ella coloca la mano sobre la de el después soltándola y mirando sus labios mientras que el hablaba, sintiendo como pasa uno de sus dedos en sus labios hasta culminar en su mentón ella se lamenta de no haberlo encontrado antes.

-Discúlpame por tardar tanto en su búsqueda mi Señor…. –

Ella se incomodo al saber que Hades-sama se habia dado cuenta de su error que habia cometido anteriormente ella volteo hacia un lado en donde se encontraba ese hermoso mar ante su vista, aun tenia esa frustración por dentro de haber sido avergonzada delante de sus súbditos, apretando su vestido con algo de fuerza, poco a poco se fue calmando y vio las queridas del Hades las cuales tenia cuando era solamente un humano ella sujeta su brazo con una mano acariciándolo mientras la otra mano sujetaba la suya y besándolo en esa mano.

-pero primero permíteme curarles las heridas que tiene en su cuerpo… no puede presentarse de esa forma, si eso es lo que quieres sus deseos son ordenes Señor Hades. Pero por ahora regresemos al inframundo-

Pandora uso la medidas necesarias que tenia en ese momento para curarle las heridas al Señor Hades manteniendo delicadeza del cuerpo de el, ya que estaba muy lastimado, luego de atender sus heridas, junto a el toma rumbo hacia el Inframundo .

por Isiss Jue Feb 24, 2011 12:55 am

En un carruaje alado cubierto por llamas azules hizo su aparición en una noche perfecta sobre la blanca arena de una playa pacífica de TRoya, la portadora de la armadura de Mephistófeles Isis. La mujer de cabellos negros que había matado a sus familiares y cuyo castigo por ese pecado era tener una existencia vacía y solitaria en el inframundo.

El viento corría plácido y ligero como si el acto que se hubiera presenciado en ese lugar significara paz y tranquiliadad, cuando realmente era otra cosa, ya que en ese lugar había renacido y tomado forma el dios de la muerte, Hades, el peor enemigo de Zeus engañado por él y recluído en el mundo oscuro y lúgubre de los muertos; aquella deidad que incontables veces había sido vencida por Athena, la diosa que protegía la vida sobre la tierra, y hacía todo lo que estuviera a su mano para poder mantener el mundo tal y como los humanos lo conocen.

-Valla... Yo jamás pensé que algo así me pasaría a mí, no pienso volverme a quejar por aburrimiento otra vez..- Isis dijo esto en sus pensamientos mientras el carruaje lentamente apagaba sus llamas para dejar sólo unas cuantas que le permitieran ver a su superior, quien estaba acompañado de alguien más. Una mujer que portaba un báculo bastante peculiar, cuyos cabellos tan negros como la noche y piel tán pálida como un fantasma hacían pensar que la joven mujer se encontraba ante una visión del más allá, calculando bien como iba la historia Isis concluyó que esa mujer era Pandora, la heraldo de Hades, aquella agorera del final mortuorio quien siempre recibía primero a su deidad.

Unos pocos metros lejos de Isis podía verse ahora al recipiente de Hades, como siempre un ser de expresión tranquila y ojos puros que inspiraban a la obsesión y embelezamiento, este no lucía tan fuerte como de costumbre, pero emanaba desde ya un cosmos enorme que podría ahogar a cualquier espectro inferior; con los ojos abiertos de par en par y con expresión sorprendida Isis bajó por completo del carruaje, caminó sobre la arena y se postró ante su superior para decir:

-Es un gusto tenerlo de vuelta con nosotros... Yo, Isis la portadora de la armadura de Mephitófeles le saludo y lo vengo a escoltar a usted y a su heraldo a su palacio en el averno.- Una vez dicho esto Isis continuó con su mirada hacia el piso y conservó la misma postura de respeto mientras esperaba la respuesta de su superior.

por **Shion** Sáb Feb 26, 2011 5:08 am

La escena de súbito fue interrumpida con la intromisión de un carruaje funesto que, literalmente había llegado desde el cielo, llevado por dos grandes e imponentes caballos negros como la noche, guiados por lo que parecía ser una espectro femenina seguidora de Hades. La divinidad no aparto por un momento su mirada del hermoso y pálido rostro de Pandora, que al ser besada una segunda vez por Hades había demostrado que le había tomado por sorpresa aquel acto del Olimpico aunque a esto Hades no le tomo la mayor importancia. La mirada de Hades reflejaba una pura tranquilidad digna de el señor del Inframundo cuando este fijo su atención al fin en la Estrella Celestial del Guía, Mephistofeles.

Has llegado en buen momento para recogernos, Mephistofeles, ya estábamos por irnos de este lugar. Por un momento antes de tu llegada sentí que un cosmos divino me llamaba al Olimpo para una asamblea entre los dioses, pero realmente... Ya se de que se trata el tema que quieren debatir.

Los Titanes han vuelto para tomar de nuevo el dominio de todo y sobre todos, y ahora posiblemente deseen hablar sobre el tema conmigo en especial, aunque realmente... No me interesa. No es mi problema si los Titanes escaparon o no del Tártaro, con su poder tardaron incluso mas de lo que yo habría pensado que resistiría aquel sello..., aun así este suceso no fue culpa mía si no de otra divinidad... Aunque ni yo mismo se quien habría podido ser capaz de liberarlos y por que razón, probablemente solo quería causar un desastre entre los dioses.

Hades hablaba tranquilamente, como si aquello no fuera algo realmente importante como lo era en aquellos momentos, ya que esta guerra podría decidir el destino de no solo la tierra, si no de todo el universo y los reinos que los dioses gobiernan. Con sumo cuidado la Divinidad se incorporo, dejando el suave y cálido cobijo que le ofrecía Pandora a su cuerpo humano. El cosmos rojizo que lo había rodeado momentos antes había desaparecido, pero aun la imponente presencia de Hades se hacía presente en todo el universo ahora que había despertado por completo después de su larga ausencia.

Tomando la delicada mano de Pandora ayudo a esta a ponerse de pie junto a el, para nuevamente acariciar su fino y hermoso rostro por ultima vez de momento, tenía cosas aun mas importantes que su deleite en mente, y una de ellas era dar algunas ordenes a su ejercito que recién despertaba al mismo tiempo que el. Las heridas en su cuerpo humano habían sanado sin dejar huella alguna de que alguna vez estuvieron y con solo un chasquido de sus dedos la ropa, que había sido totalmente arruinada por el oleaje cambio a unas nuevas, completamente negras a excepción de sus bordes que eran dorados como el oro.

Iremos directamente al Inframundo, no tengo tiempo para ellos... Me interesa mas darles a mi ejercito la tarea y las ordenes que les asignare y deberán llevar de ahora en adelante como también saber cuantos de ellos ya han despertado. El único enemigo que tengo ahora es Japeto... El resto de ellos no es mi problema, aparte de él no tendré ni aliados ni enemigos o al menos no de momento... Yo hice mi parte, ahora que Zeus y sus hijos se encarguen de este problema.

Hades aun no había cambiado su tono de voz, tan frió y despreocupado como siempre, sin demostrar tan si quiera una pequeña pizca de perturbación en su rostro... Tan solo una sonrisa, como si todo aquello le resultase divertido en lugar de un problema. Paso a paso aun sin soltar la mano de Pandora, Hades entro dentro del carruaje y tomo asiento en este no sin antes echarle una ultima mirada al lugar donde había despertado y al hermoso cielo y a la luna que ya había vuelto a la normalidad. Al apenas entrar, de la nada un esqueleto rodeado de llamas azules como las que tenían los caballos en sus patadas se materializo en el asiento del conductor, donde antes se había encontrado Isis.

Ya podemos irnos, no hay nada mas que hacer en este lugar. Regresemos a nuestro hogar, mis queridas damiselas.

El tono de voz de Hades había cambiado a uno alegre e incluso amable. Aquello fue lo ultimo que el Emperador del reino de los muertos dijo aquella noche hasta su llegada al Inframundo, que esperaba con ansias el momento en el que pudiera hacer pedazos lentamente al alma del Titan que se había atrevido a tocar a Pandora. Lo único que era seguro en esos momentos era que Hades había hablado enserio, el no participaría en la guerra entre Dioses y Titanes salvo para cobrar venganza de Japeto. Esa noche el Inframundo tendría a su imponente soberano de vuelta.

por Isiss Miér Mar 02, 2011 6:04 am

Isis observó las reaacciones de la reencarnación de su superior, este estaba muy complacido al saber que podría irse al inframundo e de una vez, cosa que también le alegró a la espectral mujer porque no tenía muchos deseos de estar en ese lugar más del tiempo necesario; una vez que ella se presentó su deidad empezó a explicar una situación aburrida a la que ella poco o nada puso atención porque al final de cuentas ella sabía que eso no era de su incumbencia, ya que cuando llegara el momento era más que seguro de Hades los mandaría a luchar y ellos tendrían que obdecer sin chistar; luego de llegar a esta conclusión Isis se concentró en sentir el viento pasar por su rostro y escuchar las olas del mar, nuevamente las imágenes de los cuerpos muertos de sus familiares la volvieron a molestar, ero esta vez ella no se preocupó en tratar de borrar las mismas, no tenía para qué hacerlo.

Por unos segundos la vista de la joven mujer se pasó por el escenario que tenía en frente, pero fue sólo por unos segundos, puesto que luego de cierto rato algo que la chica vio por parte del rey de los muertos hizo que ella volteara la cabeza algo fastidiada; y es que para una mujer con los problemas sicológicos que tenía , el ver el contacto cariñoso entre dos seres la fastidiaba bastante, de modo que sus ganas de vomitar o desmayarse se hacían más que presentes o evidentes, pero como se trataba de su superior decidió sacar fuerzas de donde no había y se puso a trabajar en aras de conservar la compostura, lo cual le salió muy bien, haciendo que ella se mostrara ante su deidad tal y como tenía que verse.

Segundos más de palabrerías pasaron antes de que su deidad tuviera el acierto de subir al carruaje, una vez que al al fin decidió hacer algo productivo y mover su recipiente humano, la espectro de Hades se puso de pie y se dirigió hacia el carruaje al sitio donde ella se tenía que sentar para conducir el mismo; poco o nada le interesaba si a Pandora se le ocurría o no subir al carruaje, ella ya tenía que estar e ese lugar, por lo que decidió sencillamente caminar sin mirar hacia atrás, pero eso sí no iba a arrancar hasta que la heraldo de Hades no se hubiera metido en el carruaje.

-Lo que faltaba...- Isis miró al suelo bastante molesta, un esqueleto holgazón había tomado las riendas del caballo cuando en un principio no había hecho el mérito para poder llevar a su superior al inframundo, por unos segundos miró con furia al espectro y dijo- Escucha esqueleto inútil, tienes dos opciones, o compartimos las riendas o te bajas pero yo no voy a entrar a ese lugar, no tento para qué.- Isis señaló el carruaje donde estaba Hades y se acercó un poco más al asiento del conductor; el esqueleto por su parte la miró con esos ojos rojos y la amenazó con un palo que estaba en el asiento haciendo que Isis retrodeciera un poco y se enojara más, mostrando las típica vena que pronunciaba en su frente cuando ella se enojaba bastante.

-No tengo porqué pasar por esto! Hoy no es un día para estas tonterías!- Isis lenvantó su pierna bien alto y dio una patada al esqueleto para romperlo en miles de fragmentos, se subió al asiento del conductor y botó los restos del esqueleto al suelo, luego miró pacíficamente hacia el cielo para esperar a Pandora, a quien rogaba por todos los muertos de Hades que se moviera para poder largarse de ese lugar.

Off

Pandora Hades no lo tomen a mal Isis es así es su forma de ser o.o

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