Entrada a Heinstein

por Paradox Dom Mayo 01, 2011 2:28 am

Había vuelto con las manos vacías de China, fue una situación complicada. Sin saberlo muy bien, alguna especie de Deidad a parte habitaba en china, hospedándose en su santuario mientras el dios Fuxi se fijó en mí. Era cierto, mis planes no eran benévolos en china, pero, ¿tan poco los oculté? Pasé como cualquier turista y no hice nada extravagante, pero parece que aún me queda mucho por aprender.

Sin embargo, mi orgullo me impedía pensar que había perdido. Había dejado en jaque indirectamente al dios de China, pues no debía defraudar a la población. Mi principal plan fue un fracaso pues el dios ignoró mi advertencia, evitando la defensa contra la deidad ajena a él, y, dependiendo del combate, podría haber aprovechado otras cosas.
Pero dudo que esa deidad que estaba en China estuviera allí sin razón alguna. Su cosmos era muy poderoso, imposible de notar y, confiaba en que esa Deidad peleara junto con Fuxi, dejando a uno seguramente muerto y otro débil, con lo que podría atacar.

Tenía esperanzas en ello, pero ese dios del Equilibrio cada vez me sorprendía más. Vine aparentemente en son de paz y ya se dispuso a atacarme, como si fuera un intruso. ¿Me leyó la mente? ¿Sabe mis ideas? ¿Es por la ciudad, le da poderes?

Mis pensamientos vagaban a una velocidad estrepitosa por mi mente. Cada vez la ciudad de china y sus misterios me interesaban más, pero era muy débil, debería compartir mi informe con Hades ya que, además de fracasar, podríamos encontrar algo de información, y, seguramente, esperaría mi castigo.

Mientras todos mis pensamientos y planes para sabotear esa ciudad nublaban mi mente, yo caminaba hacia la prestigiosa torre de Heinstein, un lugar hecho sólo para espectros de Hades-Sama, nadie podía acercarse a él, pero todos nos estábamos reuniendo. Se decía que el todopoderoso Hades-sama había despertado y nos reuníamos en la torre para esperar su bendición.

Seguramente conmigo sería diferente, pero aguardaré con respeto primero ante todo para luego buscar a Pandora y darle el informe. Hades-sama está muy ocupado.

Llegué a la firme puerta y, portando mi armadura de Estrella Celeste, entré.

por Morfeo Dom Mayo 01, 2011 5:16 am

La noche sucumbía a la tierra con sus oscuros mantos, mas allá de las montañas se encontraba una antigua torre. La torre del gran emperador de la muerte y de las armas marchitas, lugar donde se encontraba el gran portal al Hades. Las nubes comenzaron a cubrir al cielo y de estas salían relámpagos, finalmente lo logro. El señor había despertado de su profundo sueño solo para ahora gobernar sus oscuras huestes contra Atenas. Yo como único semi dios que había despertado a su servicio ahora estaba ligado a estar en su presentación ante su ejercito aquí en Heinstein, ya faltaba poco para llegar. Ahora que había despertado en este cuerpo humano vuelvo a experimentar lo que significaba sentir odio, mis cadenas están rotas y ahora haré que el mundo la pague como la pago Jerico.

- Hades... Finalmente has despertado de tu oscuro sueño y ahora te diriges aquí, yo mismo me voy a encargar de que todo el mundo este presente. Hoy tan bien resurgirá tu ejercito, tus huestes volverán a plagar al mundo y esta vez sera definitivo sin Zeus que nos detenga el único obstáculo sera la protectora de la Tierra.... Lady Athena. Jajajajajja, pronto despertaran mis hermanos, mi padre y como olvidarme de mi tío. Esto es excitante mis manos volverán a estar cubiertas de sangre nuevamente. ¡Por fin! a pasado mucho tiempo. -

Finalmente había llegado a Heinstein lugar donde Hades daría sus primeros pasos. Me había sorprendido bastante pues lo que había encontrado no era lo que me imaginaba del gran ejercito de 108 espectros solo había un insignificante guerrero Surplice, ¿Cual era la broma de esta ofensa? ¿Acaso los otros guerreros no habían despertado? Apretaba mis dientes tratando de tranquilizarme. Justo Mandragora.... Aquel que había penetrado tierras chinas sin el consentimiento de su Dios. Pobre su miserable alma cuando Hades se entere de esto, sonreía de forma maléfica mientras me acercaba a aquel guerrero.

- Mandragora, quiero que me digas la razón por la cual has ido a China sin mi consentimiento o el de tu señora Pandora, espero que sepas que Hades estará furioso al enterarse de la noticia. Gracias a ti nos hemos ganado la desconfianza de Fuxi y tal vez también de Nuwa, así que dime, dímelo. Dime la razón de tu atrevimiento. -

Esperaba la respuesta de aquel espectro de Mandragora, sus explicaciones eran claves si no quería ligarse alguna tuteada de Hades. Me pare de brazos entre cruzados mientras ponía una mano en mi mentón aun teniendo aquella sonrisa en mi rostro, impaciente por la espera de Hades quien no tardaría en aparecer con la señorita Pandora.

Mis palabras resonaban por todo el lugar, pues el castillo en verdad estaba abandonado. Aunque tenia el titulo de Dios todavía no era intención mostrar mi armadura, pues solo aquel que en verdad me haga frente y logre mantener una lucha conmigo seria digno de ver la sagrada armadura de uno de los dioses del sueño. Era emocionante luego de tanto tiempo había despertado en el cuerpo de un humano que en verdad se merecía portar a un dios, pues este compartía mis sentimientos de odio y locura. Mis ojos carmín mantenían fija la mirada en aquel espectro.

Al menos era uno de los que en verdad tenían respeto por Hades y se habían presentado al lugar de reunión, ¿Pero tan solo uno? ¿Donde estaban los juecez infernales? Se supone que ellos habrían despertado junto con su señor, en verdad trataba de mantener mi ira baja pues no era digno de un dios exaltarse por cualquier cosa.

por Anterior Alucard Jue Mayo 12, 2011 4:01 am

Despues de un largo camino desde mi poco importante renacer en el inframundo asta el sagrado castillo de Heinstein, me encontraba frente a unas inmensas puertas que pretendian mantener todo el mal del mundo dentro de ellas, este que fue alguna vez el mas importante puesto de avanzada de las fuerzas de Hades, ahora era el lugar en el cual este se presentaria ante sus espectros por primera vez esta era, algo me decia que era necesario que viniera a este lugar y que lo custodiara, y al llegar efectivamente, los que habiamos eramos muy pocos y teniamos que tener un sumo cuidado al tratarse del mismisimo Hades a quien teniamos que proteger, tanta era la importancia de este asunto que incluso decidi abandonar mi puesto en la primera prision del inframundo para venir y poder ver aunque sea una vez mas a mi poderoso dios.
Pude sentir que adentro se encontraban ya los tres jueces del inframundo e incluso se encontraba uno de los hijos del mismisimo Hypnos, el dios Morfeo, parecia que mi señor Hades ya se encontraba en el lugar junto a la señorita pandora y esto me daba a saber que ya todo habia iniciado y que precia seguir segun lo acordado, ahora solo tenia que esperar a que mi dios saliera para tener la oportunidad de verle de nuevo.
Despues de estar un tiempo haciendo guardia pude sentir que el cosmos de mi dios Hades me invitaba a pasar, pense inmediatamente que el haber salido de mi palacio habia valido la pena y que ahora porfin me encontraria con mi señor. Me apresure a entrar antes de que mi dios se arepintiera de darme esa tremenda oportunidad.

por Anterior Alucard Sáb Mayo 28, 2011 6:57 am

Salia ya del castillo de Heinstein para buscar algo que hacer en tan vasto y grande planeta, después de lo que había pasado en tan importante reunión, mi suerte no parecía importar para las huestes del inframundo y mucho menos para mi dios Hades, mas sin embargo siempre le seria leal hasta en mi lecho de muerte. Había visto como se asesinaban entre hermanos y como desaparecía uno de los seres mas importantes del inframundo, entendí que esto no podía traer buenas consecuencias ya que el inframundo estaba hecho para castigar los males que cometen los humanos y todo aquello que daña nuestro hermoso planeta, en estos momentos el inframundo parecía un circo, las cosas se tomaban muy a la ligera y los peores pecados ahora eran cometidos en el lugar donde se suponía debían ser castigados. En ningún momento y de ninguna manera seria capaz de cuestionar los métodos de mi señor Hades, mas sin embargo esos tres jueces con su gran ego habían hecho del inframundo un lugar en el que se pueden divertir a costa de los demás.

-Bueno, igual en este momento nada puedo hacer, solo seguir con mi trabajo en la primera prisión del inframundo y esperar que mi señor cambie las cosas.

Salí del castillo en el cual se había llevado acabo la reunión y en el cual se encontraba mi dios, a parte de el juez que mandaba sobre mis acciones por ordenes del mismísimo dios Hades, el juez de Griffo. Apenas salí de castillo busque la entrada al inframundo mas cercana para ir a la primera prisión del inframundo donde me esperaba mi trabajo.

por Aragoth Miér Jun 01, 2011 3:21 am

Un rayo de luz golpeaba el suelo a la entrada de aquel castillo, los esqueletos guardianes se asustaron y observaron lo que sucedía, pero simplemente se impresionaron al ver lo que enfrente de sus ojos se encontraba. El juez de garuda había vuelto… No sabían como reaccionar, pues era la misma sapuri del recién espectro asesinado en aquel lugar. Lentamente este empezó a caminar; el casco le taba el rostro por completo debido al juego de sombras que cubría un porcentaje de este. ¿Quién era aquel sujeto? ¿Acaso Aiakos volvió?... Pero aun así, si volvió… Su cosmos era totalmente distinto, era algo más poderoso… ¿Acaso la venganza le permitió volver y escapar del castigo de las prisiones?...

Los pasos de aquel individuo se dirigían hacia el interior del castillo en pleno silencio, los esqueletos observaban; este les miro y elevo su cosmos.

-¿Qué miran tanto?

Un tono frío y una sonrisa sádica se dibujo en su rostro. Pero fue en eso que se quito de momento el casco y en pocas palabras era otro hombre.

-Parecen soldados que no valen la pena si quedan ante su enemigo de esa forma. O simplemente quedarán más calvos de lo que están… Jejejejeje…

Volvió a poner el casco sobre su cabeza y se adentro al castillo de Hades…

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