Pandora Vs Seisyll [Primera Ronda]

En silencio la oscuridad de su armadura contrastaba altamente contra los claros pétalos rosados que llovían en aquel paraje. Miraba con un tono serio a la mujer que intentaba huir de su destino, un tono desprecio surcó su faz, dibujando en el una pequeña sonrisa. Intolerante para el alma de la Señorita Pandora que no pudiera dominar el alma tan frágil de una muchacha tan insignificante a sus ojos en esos momentos. Dañó un par de pétalos con la bota que emulaba ser la garra de Griffo, pasándolos por encima y desgarrándolos, sintiendo un aire frío, como el rocío de las gotas que desprendían los ya susodichos. Era húmedo, asqueroso aquel olor tan relajante a su cuerpo, se sentía como si no fuese él, como perturbado por un campo tan asquerosamente de justicia.

Miró a su mano, colocando la palma abierta hacia arriba y un pequeño pétalo cayó lentamente en ella. Observó a la que debería ser la señorita Pandora y luego una vez mas su mano, para mirar a Pandora otra vez pero esta vez con una mirada entrecerrada y frunciendo el seño triturando con su mano y con su cosmos aquel pétalo. Su antebrazo se fundía de un fuego oscuro, pues era esa su presencia cósmica color índigo.

Su brazo temblaba un poco y su mirada se volvía borrosa, quizás esos pétalos que los envolvía eran aun mas raros de lo que él podía presentir. Pero no podía tolerar que la mujer que estaba enfrente de él, no sea la Pandora que debería gobernar en el mundo, que sea una simple humana, eso le irritaba, tenía que despertarla y sino lo hiciera pues moriría intentándolo. – ¡Amelie…!

Soltó de sus delicados labios, tomando un tono serio en su faz. Sabía su nombre, ¿Cómo un Juez desconocería algún humano? Si tenía información de ellos, incluso de cuando morirían como mortales. Su respiración entrecortada y lenta por debajo, como un susurro hacia el viento, le hacía notar que no estaba bien ese ambiente, que le perturbaban el corazón aquel néctar que contenían aquellas flores color de los cerezos. Ni su cosmos destructivo cuando lo sacaba a flote parecía ser el mismo, era como si algo le afectara mas de lo común, fue ahí que comprendió la verdad, Pandora había sido llevada a una trampa a aquel jardín y debería liberarla de su martirio, pues presentía que jamás volvería a recuperar su cuerpo al menos no hasta la siguiente era. – Temo que su vida no es más precisada en el Inframundo y será ahora mismo sentenciada…

Dijo para levantar su mano lentamente, movió ligeramente los tres dedos de en medio de la mano y con un tono artístico un rechinar se sintió por todo el lugar, como si cascabeles danzaran, pues eran los hilos que tejían la muerte pronta de la joven. Iba cerrar su puño para desgarrar el cuerpo de la mujer cuando su mano se bajó y escupió un poco de sangre tiñendo de rojo los pétalos, llevó su mano derecha hacia su pecho sintiendo como si afiladas dagas se clavaran en él. – ¡Es imposible…! Aun sin ser Pandora… ¡Posee su fuerza cósmica… su aura, no puedo matarle de ser así…! ¿Qué debo hacer para deshacerme de ella?

El veneno de los pétalos se esparcía alrededor, acunándolo en un aura de perecer, podía ver la muerte pronta, pero debería cumplir al menos la función de eliminar a Amelie, porque alguien así no merecía ser capaz de volver al Inframundo ni de merecer vivir, ¡Tenía que eliminarla, aunque sea lo ultimo que llegase a hacer…!