El nuevo vuelo de la Garuda

Fue en ese momento, en ese instante que dos almas habían aparecido en aquel lugar; dos almas que parecían ser frescas, una era el patriarca del santuario de Athena y la otra, al parecer de un espectro… ¿Pero por que?; algo incomprendido en aquella circunstancia. En aquel lugar se llevaban acabo las torturas finales para que las almas fueran dirigidas a sus respectivas secciones de sufrimiento eterno debido a sus pecados como humanos o no como ellos. Los espectros menores trabajan en ello; hasta que algo los interrumpió; una voz algo indiferente pero ellos sabían de quien se trataba…

-Hey… ¿Eso es?... ¿Eso es lo que veo?... Joder hombre, un juez del inframundo, que extraño.

Un hombre de cabello blanco desordenado hacia aparición; con sus brazos cruzados y una mirada algo floja observaba a los recién llegados; pero de mayor forma tenía su vista sobre el alma del espectro. Haciendo a un lado a los espectros menores los cuales decidieron retirarse; aquel hombre dio un gran bostezo que resonó en todo el lugar y con una mano comenzó a rascar su rostro por un momento mirando hacia un lado. Con una mirada algo peculiar; observo el alma del patriarca del santuario.

-Siento que te conozco… Pero como no eres de mi agrado, creo que mereces ser castigado por ser algo feo; creo que los del santuario son algo raros y tú eres el más claro de los ejemplos. Entonces con un solo movimiento te dirigiré a tu nuevo destino; el bosque del infierno, en donde las harpías se encargarán de ti… Buen viaje…

Haciendo uso de un poder cósmico; aquel hombre dirigió el alma del patriarca hacia la sexta prisión. El bosque del infierno, lugar en donde se transformaría en un árbol viviente de sufrimiento, mientras las harpías se alimentan de sus hojas para ser castigados por la eternidad. Luego de aquella acción miro al espectro…

-Tu… Ahora si que sí; creo que es hora de salir de la mierda y ser alguien de mayor prestigio. Bueno si estás aquí es pro algo; quizás eres un ladronzuelo… Aunque ahora recuerdo los espectros hablaban de ti diciendo que no valías nada y no servías para nada… ¿Te gusta mandar?... ¿Te gusta quemar?... Pero tengo algo mejor para ti… El laberinto del Minotauro creo que será lo mejor para ti jejeje… Diviértete y ten cuidado dicen que a el le gustan los vírgenes y tu pareces ser uno de ellos…

Con otro movimiento mando al alma del juez de garuda a otro lugar; y entonces nuevamente al parecer aquel sujeto se quedo sin hacer y se sentó en el suelo. De brazos cruzados y con un ojo cerrado comenzó hablar consigo mismo; antes de hacer cualquier otra cosa…

-Carajo; creo que es momento de una vez. Ya salir de las sombras y ser lo que debe ser; creo que por algo lo volvieron a matar y es hora de poner en practica el por que Hades me necesita; creo que mi señor no se arrepentirá y esta es mi oportunidad…

Quedo pensativo un buen momento esperando algún acontecimiento que lo distrajese.

Aragoth se pasmo un momento mientras un escalofrío recorrió su cuerpo de la impresión que tubo en aquel pequeño instante; aquella voz y aquel cosmos de gran nivel que reconoció a simple escuchar le daba una orden; mientras una especie de armadura comenzaba a vestirle; finalizando todo lo sucedido, el hombre de cabellos blancos que solo fue impresionado por el momento de aparición más bien miedo no tenía ya que sabía que este momento se acercaba. Vistiendo aquella sapuris se puso de pie y observo todo su cuerpo.

-Esto es demasiado interesante para ser verdad en la vida muerta de alguien. Creo que se notaba algo enojado, yo no conocí a este sujeto de la forma en que sentí su energía… Algo tendrá que haber echo este tipo que acabo de mandar al minotauro, pues bien… Es hora de marchar…

Como un rayo de luz, el hombre de cabellos blancos desapareció de enfrente de todos. Un nuevo juez estaba por aparecer y un legado nuevo. Aragoth vestía la sapuri de Garuda, en esos momentos su vida espectral comenzaría un gran cambio.