Templo de Piscis

**El templo de Piscis, lleno de calma y tranquilidad por mucho tiempo, ahora recibe a su nueva huésped, aquel sitio era algo oscuro por dentro debido a la poca luz que entra en su interior, más sin embargo se siente una tranquilidad inmensa dentro de este, los muros adornados con esculturas del signo zodiacal le dan una belleza impresionante, Mirza, la nueva santo dorado observaba su templo con mucho cuidado y admiración, siempre recordando a su humilde maestro quien falleció tiempo atrás y que era el antiguo protector de aquel sitio.

Sin duda alguna la joven extrañaba a su amable maestro, pero no podía llorar, sentía que deshonraría la memoria de aquel fuerte hombre si lo hacía, así que permaneció serena evitando toda lágrima, mientras tanto empezó a decorar el lugar con muchos plantíos de rosas de infinidad de colores, aunque las de color roja eran las que abundaban, después de ellas seguían las blancas y muy escondiditas estaban unas negras que apenas estaban retoñando, cada una de ellas eran cuidadas minuciosamente por aquella jovencita.

Mirza ya se había acoplado a la vida en el santuario, en ciertos momentos del día daba unos recorridos para asegurarse de que todo estaba normalmente, pero todavía faltaba el presentarse ante su diosa, en eso la joven tenía algo de duda ya que desde un principio no fue bien aceptada en el santuario.**

*Todo parecía indicar que era un tranquilo día, el sol alumbrando el horizonte mostrando los blancos colores de las paredes de la casa de piscis, se respiraba una tranquilidad en el ambiente inmensa pero de repente esa sensación fue interrumpida por un misterioso escalofrío que recorrió todo el cuerpo de la amazona.
Aquella sabía perfectamente que eso no era un presentimiento cualquiera, su maestro le había advertido de eso, era como un sexto sentido que le permitía saber cuando algo no estaba bien en los terrenos del santuario ateniense.
"acaso, ¿es que hay un enemigo dentro del santuario?" - pensaba la joven mientras iba por su armadura dorada.
Pronto vistió los ropajes dorados y se acomodó el casco para que ocultada completamente sus cabellos negros y se dirigió hacia la entrada de su templo, ahi se quedó estática y pensativa.
-Será mejor ir al templo de la diosa y rendir cuentas ante ella, también servirá para saber si ocurre algo anormal.
Y salio del templo con dirección al templo de Athena