En busca de los 108 frutos

por Anterior Shaka Lun Ene 31, 2011 1:37 am

Pude ver como cada vez que me adentraba mas en el inframundo aparecian as almas torturadas en las prisiones pude ver cosas horribles en mi camino hasta el final de la sexta prision ya que el mokurenji se encontraba entre la sexta y la septima.
Cuando llegue al mokurenji tuve que usar un poco de mi cosmos para hacer caer los 108 frutos que necesitaba, y en ese momento solo podia pensar:

-Espero que mi cosmos no me delate y no me encuentre a ningun enemigo ya que tengo que volver lo mas rapido posible para ayudar a Onoki.

Cuando habian caido la totalidad de frutos que necesitaba los levante con mi cosmos y los recubri de este atrapandolos en una especie de ilusion que los hacia invisibles, ya que ademas el cosmos del mokurenji los camuflaba en el inframundo. apague mi cosmos de nuevo para que nadie me sintiera y procedi a llevarme los frutos de ese lugar esperando no encontrarme ninguna molestia en mi camino.

por Anterior Shaka Lun Ene 31, 2011 7:41 pm

Paso un tiempo desde que me aleje del mokurenji hasta que pude ver el inmenso mar que se encontraba de nuevo frente a mi y yo aunque con urgencia no podia hacer nada para cruzarlo.

- mm ya habia olvidado el rio aqueronte, que puedo hacer para cruzarlo, ya se tengo una idea.

Pense mientras me sentaba en posicion de meditar, mantenia mis ojos cerrados y me concentraba usando todo mi cosmos.

por Shion. Lun Ene 31, 2011 9:33 pm

Respondi telepaticamente usando mi cosmos para hacer llegar mis palabras hasta el inframundo, Podia sentir la presencia de shaka esperando mi respuesta al pie del rio aqueronte. sin mucho que hacer desde el santuario me dispuse solo a cumplir el deseo de shaka y llevarlo hasta el otro lado del rio usando mi teletransportacion en el. luego de eso retire mi cosmos del lugar sin dictar palabra alguna ante el joven caballero.

-Pensando-No me decepcionen mis santos, se que ustedes puede regresar con vida hasta el santuario, haganlo por su diosa quien no los quire ver heridos.

por Ricardo Mar Feb 01, 2011 7:55 pm

las priciones del inframundo emanaban un olor a muerte ya normal en aquel lugar, no soplaba el vineto y la luz del sol hacia muchos metros que habia abandonado la esperanza de tocar aquel reino divino, la oscuridad reinaba en aquel lugar y las almas en pena de todos los humanos vagaban sinn cesar en un sufrimiento eterno en aquel lugar, sin enbargo, aquel pasifico tormento fue interrumpido por la presencia pura de un guerrero de athena, pero al mismo tiempo, una figura alada aparecio en tre las prisiones, una armadura de tonalidad oscura era la que vestia aquel ser que hacia presencia en aquel ulgar, un cosmos oscuro y furioso se podia sentir emanando de aquel hombre, depronto se poso frente a un hombre de cabellos dorados que se encontraba meditando, un santo de oro estaba en el infranmundo, el joven lo observo fijamente, sabia lo que buscaban los santos dorados en el inframundo y el no lo permitiria.

Santo de virgo asi que pretendes invadir y profanar el reino del señor Hades, que imprudencia y falta de respeto por parte de las cucarachas del santuario, levanatate y largate de este lugar ahora mismo si no tu acompañaras a estos cadaberes que dianbulan en las prisiones por toda la eternidad.

Luego de desir aquellas palabras el joven callo y piso a una de las almas que surgia de entre los suelos muertes e infertiles suelos del inframundo, solo a la espera de la reaccion del santo dorado. sin embargo el joven habia llegado tarde, solo quedaba rastro del cosmos de aquel caballero, habia sido teletrasportado a otro lugra, el guerrero infernal alzo sus alas y su cosmos y se marcho hacia donde varios cosmos se congregaban.

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Off: Disculpa shaka, post editado.

por Anterior Shaka Jue Feb 03, 2011 3:43 am

OFF:
Lo siento ricardo pero yo fui teletransportado por shion en el post anterior por lo que ahora estoy en la puerta del inframundo.

por Isiss Miér Feb 09, 2011 3:11 am

La portadora de la armadura de Mephistofeles caminó lentamente por el camino que llevaba a los ciento ocho frutos, estaba pensando en que si ella se hubiera puesto en pos de cuidar esos frutos podría haber salvado los intereses de su señor pero en vez de eso se había perdido en otro lugar por lo que al final no pudo evitar retrasarse y llegar a tiempo a detener al invasor.

-Cielos aún no sé con qué cara presentarme en este lugar cuando me llame mi deidad, espero no recaiga toda la culpa sobre mí- Isis se sentó una vez más en una roca y se puso a mirar el trayecto interminable de la caída de ese río de sangre; tenía que admitir que este le recordaba mucho a la escena del asesinato que cometió en esa casa tiempo atrás, la verdad era que ella no podía borrar esas imágenes de su mente porque siempre estaba su cociencia acusándola aunque bien sabido era que ella lo hizo en su estado de esquizofrenia marcada.

-Me gustaría regresar para poder verles una vez más antes de matarlos nuevamente, no entiendo por qué pero la verdad es que no pudo evitar sentir deseos de matarlos o destruirlos aún cuando no esté en su estado de esquizofrenia o lucura sin igual.

por Isiss Jue Feb 24, 2011 12:35 am

Isis, la portadora de Mephostofeles se encontraba sentada en una roca frande, la joven mujer estaba tan aburrida que había quedado sumida en sus pensamientos más lúgubres y oscuros, es que las cosas que pasaban en ese lugar eran tan monótonas que si no pensaba en eso no iba a divertirse para nada, porque después de todo no había nadie en ese lugar con quien poder pasar un rato ameno con una buena conversación.

-Este lugar cada día más se vuelve aburrido y tonto, como casi todo el mundo en st... Acaso no hay nada bueno para hacer en este lugar?

Isis pegó con el puño fuertemente sobre una roca, de modo que esta se partió en dos haciendo un pequeño ruido que fue opacado por uno mayor, uno que pertenecía a unas flamas azules y el relinchar de cuatro caballos esqueléticos con alas negras de murciélago; ante tal aparición, la chica de los cabellos negros no pudo evitar sentir deseos de enterarse de qué iba todo eso y al final sin temor a nada se acercó a ver aquellas bestias fantasmales cuyas riendas estaban amarradas a la agarradera de un carruje de color negro con las puertas del mismo adornadas con el nombre de Hades en letras plateadas.

-Y esto de qué va? Lo que me faltaba, ahora a mí me pasan estas cosas absurdas. - Isis se sentó en el sitio donde debería ir el jinete qeu comandara esos caballos y una fuerza extraña cubrió al carruaje y la impulsó hacia el cielo del inframundo en dirección a donde se encontraba su dueño, a quien debía trasportar, pero obviamente ella no lo sabía porque estaba demasiado asustada para poder pensar en ello sólo dejándose llevar por esos animales que viajaban tran rápido como si compitieran contra la velocidad de la luz.

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