Shaka vs Kardia

Me encontraba en mi casa, la casa de virgo, meditaba como casi todo el
tiempo, tratando de aumentar mis poderes mentales mas de lo que
cualquier humano podria llegar, ya que despues de todo pretendia ser el
iluminado de esta epoca. Habia pasado ya un largo tiempo desde que paso
algo en el santuario, el ambiente estaba tranquilo y hacia mucho tiempo
no tenia una batalla con nadie, todo se prestaba para una meditacion
placentera y muy fuctifica. El cielo se encontraba un poco oscuro y parecian haber intenciones de llover, pero no era nada que un caballero de Athena no pudiera sobrellevar.

Despues de un momento de estar en una placida meditacion con la que en mi mente habia recorrido medio mundo y aunque algunos no lo creyeran, todo lo que vi en ese momento fue cierto ya que mis poderes mentales alcanzaban tanta inmensidad como para permitirme el arte de la desdoblacion en la cual por medio de una concentracion que casi se convertia en un sueño profundo lograba abandonar mi cuerpo terrenal y llegar a un plano mas avanzado en el cual me movia a una velocidad aun mayor que la velocidad de la luz y por medio de este plano podia visitar lugares que jamas hubiera imaginado, este era un arte olvidado por los peligros que acarreaba, ya que en el momento en que cualquier alma abandona su cuerpo cualquier otro ente puede entrar en este ocupandolo permanentemente si estos son sus deseos, pero para mi no habia problema ya que e amuleto que colgaba de mi cuello y que tenia la forma de un sagrado pentagrama protegia de las posesiones a mi cuerpo terrenal por lo que podia desdoblarme sin preocupacion alguna. Cuando terminaba mi poderosa meditacion pude sentir una fluctuacion en el cosmos universal proveniente de la casa de escorpio, este cosmos parecia venir de kardia, quien se marchaba del santuario y parecia tener intenciones de entrenar. Ya habiendome entrenado mentalmente era de mucha ayuda un entrenamiento fisico, y que mejor candidato que el santo de escorpio.

El cosmos de kardia se alejaba del santuario y parecia dirijirse a las preciadas villas de Athena, era una oportunidad muy importante para entrenar por lo que no la desperdiciaria asi que me levante de mi posicion de meditacion, aunque con un poco de lentitud ya que no me gustaba dar demasiada importancia a ciertas cosas, sobre todo a cualquier cosa terrenal que pudiera afectar mi entendimiento del cosmos, y a esta categoria pertenecia mi cuerpo terrenal. Al levantarme sali de mi casa y me diriji caminando hacia donde se encontraba o se dirijia el cosmos de kardia.
Termine de salir del santuario despues de pedir permiso a mis compañeros dorados para pasar por sus casas y como era de esperarse estos sorprendidos, ya que era muy rara vez en la que yo salia de mi casa, me dieron su permiso para pasar.

Ya en la entrada de las villas de Athena caminaba a un paso normal por entre la gente quienes al verme pasar se sorprendian aun mas que mis compañeros, ya que era la primera vezz que visitaba las villas de Athena desde que me converti en el santo de virgo y esto fue hace bastante tiempo, segui buscando el cosmos de kardia que parecia cada vez encontrarse mas cerca, este parecia haber salido de la villa por lo que decidi salir de la villa tomando el mismo camino que hacia unos minutos el habia tomado.

Despues de salir de las villas me encontre con unas ruinas, el cielo aun estaba gris y las primeras gotas de la lluvia que se avecinaba ya empezaban a caer, despues de seguir el cosmos de kardia lo pude ver recostado en una de las tantas rocas que se encontraban ya que parecia ser que estabamos en unas ruinas.
Mire a kardia y le dije:

-Kardia de escorpio te eh seguido hasta aqui con intenciones de entrenar con tigo. ¿Que te parece mi oferta?.

Le dije seriamente mientras me colocaba nuevamente en posicion de meditacion, ya que era mi forma favorita para controlar una batalla.

Después del largo camino desde el sagrado santuario de Athena hasta las ruinas que apenas lograba apreciar, me encontré con aquel al que con gusto buscaba, ya que su poder era bien conocido por todos nosotros, y la verdad que quería ser testigo de las tantas hazañas que le atribuían al caballero dorado de escorpio, Kardia.
Este al principio se mostraba un poco molesto, ya que al parecer había interrumpido algún momento de calma consigo mismo, pero después se animo a darme lo que buscaba y sin dudarlo se levanto y me dirigió algunas palabras, estas parecían proponer una apuesta acerca de quién ganaría, y ya que estaba de humor le sonreí para demostrar mi aprobación, después de esto lanzo unas agujas escarlatas hacia el cielo, algo que en realidad me mantuvo inquieto un largo rato, ya que supuse que su primer ataque debería de tener alguna intención escondida.

-Me parece bien lo que has dicho pero ya que no estaba preparado para una apuesta déjame pensarlo y después te digo cual será mi premio si gano en esta batalla.

Le dije mientras me concentraba para sentir el cosmos de sus agujas escarlatas el cual había desaparecido, esto me dejo un tanto a la expectativa pero decidí atacar, después me defendería si su ataque lograba aparecer de repente.

-Ya que como puedo ver desperdiciaste tu primer ataque-Le dije con tono irónico ya que ambos sabíamos que eso no era así- Déjame mostrarte mi ataque más básico, pero aunque sea básico es supremamente destructivo y mortal así que no te confíes, no me gustaría dejar a Athena sama sin alguno de sus preciados caballeros dorados.

Al terminar mis palabras el cielo ya se encontraba más oscuro que antes y ya no cabía duda de que la lluvia se apoderaría del ambiente, el primer roció que antecedía a la poderosa lluvia que se acercaba ya empezaba a empapar por encima nuestras doradas armaduras, mientras que mi cosmos hacia arder estas gotas hasta que se evaporaban, pensé en que en algún momento esta lluvia me seria de utilidad, por lo que sonreí levemente al pensar en el plan que me llevaría hacia la victoria.

Cuando ya mi armadura se encontraba de nuevo seca por mi cálido cosmos, coloque mis manos invocando un mantra que me ayudaba a concentrar mi energia, en ese momento el vapor que se desprendía de mi armadura empezó a girar en torno a mí para luego y cada vez cerrarse más sobre mis manos a tal punto que se formo una esfera de cosmos en estas y esta esfera despedía unas estelas de vapor que la hacían verse bastante llamativa.

-Tenma Kofuku.

Invoque mi sagrado ataque para que me apoyara en esta lucha, al decir esto desaparecí y aparecí de nuevo detrás de Kardia pero esta vez de pie y trate de chocar la esfera de energía que tenía en mi mano contra la espalda de este, quien a mi parecer aun no se enteraba de lo que estaba sucediendo, ya que en ese momento una ilusión creada por mi me cubrió y aun parecía que estuviera frente a él.